
La pantalla del ordenador comienza a jugar conmigo. Está ahí. Nítida, con sus letrillas y sus imagenes. En un segundo se desdibuja. Parpadeo intentando romper el hechizo de este aparato. Tras abrir los párpados la silueta del ordenador vuelve a tomar su consistencia habitual. Unos segundos más tarde me la vuelve a jugar. Las mañanas que se pone así es imposible trabajar.
Venga. Volvamos a intentarlo. Dos minutos de semitranquilidad y... ¿Ahora desaparece? En su lugar, un agujero negro. Sólo oscuridad. Esta vez cuesta más volver a traerlo a mi vista.
Aquí está. De nuevo las letras y las imagenes. A ver cuanto se quedan sin hacerme ninguna trastada. ¡Qué dificil se hace trabajar con este sueño!
3 comentarios:
No es bueno trasnochar, y eso te lo recuerda el ordenador, cuando se te empiezan a juntar todas las letras, las imágenes, los número uffffff.
jaaja, todos tenemos mañanas así... el truco... un café bien cargado... :) besos wapa
ayyyyyyyyyy... lo malo es q todas mis mañnas son asi, y por mas cafes q bebo, nada. solo me qitan el sueño por la noche.
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