viernes, 7 de septiembre de 2007

Paseando.


Comenzamos a caminar. Desde el principio solos. Y era un paseo bonito, se estaba bien. A veces algún bache en el camino nos hacía tropezar, pero nada grave. Un día, casi sin darnos cuenta, nos encontramos otro par caminando a nuestro lado. Tras los primeros pasos pareció más fácil sobrellevar los tropezones siendo cuatro. Eran tan parecidos a nosotros, pero, a la vez, tan distintos. Y nos dimos cuenta. Eran unos pies a los que acompañar, unos pies hechos para acompañarnos. Unos pies en los que descansar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito, y que estupendo poder pasear... esas pequeñas cosas merecen la pena. Un saludo.

Retro dijo...

es una metáfora sobre una orgía, no? jajaj... en fin, menudo pervertido estoy hecho. saludos!

Anónimo dijo...

muy bonito, me imagino que esos son tus pies, para cuando una foto tuya?
bessos

Mara dijo...

que bonito! y encima me encantan los pies! me ha encantao! jejeje muuuack!

Angel dijo...

uy uy uy que lio de pieses.... buena descripción de tu situación personal y sentimental.

Anónimo dijo...

Pensamiento: Pues sí, merece mucho la pena sino nunca habría echado por la borda 23 años sola

Bastian: Eres el unico que ha pillao el verdadero sentido ;)

Yaves: Sí son mis pies y los de él. Pero hasta aquí llega mi perdida de anonimato, por ahora... Si hay verdadera curiosidad, a ti te mando una foto al correo.

Mara: cuando vi la foto, repasando las del viaje a Venecia, me acordé de tu entrada sobre los pies... Y decidí que tenía que ponerla. Así que un poco se debe a ti la entrada.

Angel: Pues no sé si es buena o mala, pero es lo que se me vino a la cabeza al ver la foto.

Y a todos en general. En el fondo me ha quedado más cursi de lo que pretendía. Ultimamente me ocurre demasiado... Espero que se pase pronto porque, a veces me siento un pelín ridicula con estas pamplinas.

Un besazo.