martes, 28 de octubre de 2008

Otra vez mal.

Otra vez mal. Ultimamente todo me sale al revés. Cualquier cosa con la que me ilusiono se viene abajo. Estoy harta. Supongo que no tengo derecho a quejarme, que aunque las cosas no salgan como yo quiero vivo, en el sentido general de la palabra, demasiado bien como para protestar. Pero es que estoy harta que los proyectos se vengan abajo. Ya no sé a lo que aferrarme.

Las oposiciones fueron un desastre. Y desde entonces por muchas ofertas de trabajo a las que me presento, no sale nada. Ni siquiera me llaman para hacer una entrevista. Me propuse publicar trabajos de investigación en materia laboral para las oposiciones dentro de dos años. Pensé que eso me haría sentirme activa y para ello pedí ayuda al unico experto en Derecho Laboral que conozco. Pero tampoco salió. Él no puede ayudarme y yo no tengo los contactos que hacen faltan. Además necesitaría a alguien que supervisara los proyectos, así que otra pequeña desilusión. Y ahora se fastidian las becas. Tenía alguna esperanza de salir medianamente bien parada. En las listas provisionales estaba la novena, la décima... en función de la beca en la que me fijara. Y en las listas definitivas estoy entre el puesto 70 y el 115!! Y no es que yo haya bajado la puntuación. No. Es que gente que tenía un 2´57 ahora tiene casi un 6. No lo entiendo. De verdad. Pero me ha dejado por los suelos.

Me ha dejado echa polvo. Me siento inutil. Y el viernes tengo que ir a Sevilla a la puta entrevista para las becas y malditas las ganas que tengo de perder el tiempo para nada. Y no quiero mandarlas al carajo del todo porque nunca se sabe cuanta gente va renunciar. Y porque la puta vestida de verde es la última que se va. Pero ahora mismo solo tengo ganas de seguir llorando. Ya estoy harta de que me digan que no les sirvo. Estoy hasta los putos cojones de que ni siquiera me dejen demostrar lo que puedo hacer.

Sé que sólo estoy de bajón. Que cuando pase un rato y haya asimilado un fracaso más, todo esto no tendrá importancia. Pero ahora mismo estoy que reviento. Encerrada para que no me oigan en casa porque nadie entiende que me lo tome tan a pecho. He tenido la tentación de llamarle a EL para contarselo y desahogarme pero luego me he arrepentido. Sólo es un berrinche, y lo que necesito, que es un abrazo, no me lo puede dar. Así que me comeré un rato las lagrimas y cuando me cansé de llorar, volveré a organizar mi vida entorno a otra cosa. Otra ilusión. Y para esta noche las fuerzas estarán renovadas y sino, mojaré un poco la almohada, pero ya está. En cuanto pase la entrevista del viernes me olvidaré de todo esto.

sábado, 25 de octubre de 2008

Despertares.


Recuerdo a la perfección los despertares de los domingos. Tengo cada una de las sensaciones, de los ruidos y olores, clavados en mi memoria. Y supongo que me da cierta nostalgia cuando los recuerdo. Echo de menos la despreocupación que poblaba mis días.

Recuerdo estar despierta en la cama. Con los ojos abiertos pero sin moverme, a la espera de escuchar en la habitación de mis padres las señales de que ya estaban despiertos. Susurros a media voz, dandose los buenos días y planeando el día. Entonces salía mi sonrisa y me levantaba de la cama a acostarme en otra. La de mis padres. Algunas veces no era la primera en llegar. Algunas veces alguna de mis hermanas se me adelantaba. Poco a poco nos ibamos colando en la cama las tres, haciendonos hueco como podíamos en ese rectangulo de 1´35 por 1´80. Siempre la misma posición. Cuatro apretujados pero bien colocados y una de nosotras en los pies de la cama.

Interrumpiamos así el despertar de mis padres, y la mañana del domingo comenzaba con charlas y risas. Y peleas entre nosotras que nunca duraban mucho. Mis padres conseguían poner paz rapidamente. Eso o mi memoria, muy selectiva que es ella, ha olvidado recuerdos de discusiones y regañinas, que también puede ser. Poco a poco acababamos echando a mis padres de la cama y se acababa la diversión. El primero solía ser mi padre. Bajaba a la cocina, encendía la radio y Marifé de Triana y Camarón llenaban los rincones de mi casa. Y el olor. Ese olor inconfundible a pan tostado que se iba colando escaleras arriba hasta el dormitorio de mis padres. Y la voz de mi padre reclamandonos para el desayuno.

Niñas! Que ya está el pan! Que se enfría!

Y en ese grito de niñas nos incluía a todas. A mis dos hermanas, a mi y a mi madre, que solía remolonear con nosotras. Porque para mi padre, mi madre siempre ha sido "niña", y sólo sustituía, y sustituye, esa palabra por "rubia" que es la otra forma que tiene de llamarla.

Recuerdo de esas mañanas que siempre queríamos ser la primera para tener la suerte de colarnos en medio de los dos. Recuerdo como nos enfadabamos cuando mi padre decidía que bajaba a preparar el desayuno. Y también recuerdo como intentabamos impedir que mi madre se fuera detrás de él.

Y la música. No soy coplera. Ni me gusta especialmente el flamenco. Pero casi cualquier canción de Camarón y Marifé me estremece. Y me las sé y las canto por lo bajini mientras suenan. Y algo se despierta dentro de mi cuando las escucho.

Nota: Quizás sea un dato importante saber que mi padre trabajaba como un mulo, y que durante la semana casi no lo veiamos. Llegaba mientras nosotras nos duchabamos para irnos a la cama. El cenaba y se acostaba muerto de cansancio que a las 6 volvía a sonar el despertador. El domingo era el único día que disfrutabamos de él. Y eso se notaba.

Nota 2: Todo esto me lo ha traido a la cabeza el post de sonrisa recordando canciones que han marcado su infancia.

domingo, 19 de octubre de 2008

Así de chula soy.

Desafiando a la crisis y al último mes de cobrar el paro que me queda...


Me he comprado un portátil!!




Os gusta?? (ACER ASPIRE 5720G)

lunes, 13 de octubre de 2008

Contestación.

Al final, he pensado que mejor que contestar tochazos a vuestros comentarios, voy a volver a escribir sobre lo mismo a modo de contestación.

Estaba triste y estaba agotada. Y aunque seguí así tras escribir la entrada, es verdad que desde el momento en que leí lo escrito sabía que no quería dejarlo. No quiero que se acabe. Es agotador tenerlo solo unos pocos días cada dos meses, pero sería aún peor no tenerlo nunca. Un amigo me dijo una vez, hace ya casi un año, que era cierto que desde que estaba con EL me había visto mil veces más triste que nunca, pero también era cierto que me había visto otras tantas más contenta.

Tengo una especie de afán destructivo cuando me siento mal. Necesito romperme del todo, "gritar" de alguna forma mi malestar. Una voz interna me pide decisiones drásticas. Casi hacer daño y hacermelo a mi. No físico, claro, pero daño al fin y al cabo. Y bueno, eso es lo que hago, gritar, cada vez que me pongo delante de la pantalla a soltar en el blog todo lo que se me pasa por la cabeza. Normalmente me relajo un poco, sólo un poco, tras desahogarme en el blog. Y eso me pasó también el viernes.

El sábado seguía mal, había perdido un poco ese dramatismo de tengo que romper con todo, pero seguía triste e incómoda. Lo noto a EL muy lejos últimamente y eso me hace sentir fatal. El domingo ya no podía más y lo solté todo. Le dije que estaba quemada de la situación y todo lo demás que ustedes intuís, sobre todo los que me conocéis y conocéis, por experiencia, la situación.

Estuvimos hablando más de dos horas. Se abrió a mi, contandome, aunque a veces casi con sacacorchos (y ahora estoy sonriendo al decirlo), todo lo que le pasa a EL. Lo lejos que ve el que vivamos juntos y que eso le agobia. Pensar que la situación no va a cambiar a corto plazo. Que está harto de vivir solo. Y como me pasa casi siempre, dejó de preocuparme mi malestar para querer protegerlo a él. Estuve a punto, incluso, de decirle, que me iba con él. En ese momento. Y no unos días, sino hasta que acabe la tesis. O hasta que veamos como organizamos nuestra vida. Pero no es el momento. Y sé que vais a decir que de vez en cuando una locura está bien. Pero ahora es momento de dejarle terminar su tesis. Y después... después me voy. Me voy donde esté. A donde sea. Ya estoy harta de esperar a que "se den las condiciones adecuadas"(que es lo que siempre pienso). No se van a dar, porque "las condiciones adecuadas" son que se me quite el miedo al enfrentamiento en casa y que se me quite el miedo a el cambio de vida tan brusco. Y el miedo no va a desaparecer, así que, al carajo con todo.

Lo peor de todo es que él no cree que yo vaya a irme. Creo que piensa que nunca voy a tener valor de dejar lo que tengo aquí. Que siempre voy a encontrar una excusa para quedarme en casa. El no lo dice así, pero se nota. Y sin embargo, yo sé que sí. Que como dice Angel, ese es mi objetivo, el próximo año (o en los próximos meses), estemos viviendo juntos. Y lo voy a cumplir.
Creo que piensa que si no se viene él, no vamos a poder estar juntos. Y se equivoca. Se que me cuesta, pero siempre he querido probar a vivir una temporada fuera, fuera de España. Y ahora tengo esa oportunidad muy cerca. Solo necesito el último empujón. En cuanto él me diga, ¿por qué no te vienes? Para allá voy.

Así que, como ves Kafrune, hoy de nuevo quiero dejarlo todo e irme con él. Y lo de patear el tablero... No sólo la reina caería, sino que sería la que se llevase el golpe más fuerte.

Un beso para todos y gracias por los ánimos.

PD: Dulce noviembre, seré fuerte.

viernes, 10 de octubre de 2008

Triste

Estoy cansada. Muy cansada. Me vienen lagrimas a los ojos pero no me da la gana llorar.

¿Por qué no puedo distanciarme? Me encantaría poder desconectar y dejar de necesitar lo que nunca voy a tener. Quizás la palabra no es necesitar, es más bien, querer. Puedo vivir suprimiendo mimos y atenciones, pero me jode renunciar a eso. Supongo que tenerlo todo es imposible, pero no sé hasta cuando va a ser suficiente lo que tengo ahora. Hasta ahora "compensa"-la palabra mágica- pero cada vez me canso más.

Puede que esto solo sea fruto de mi mal humor de hoy. De que me siento triste. Pero esta sensación y las ganas de mandarlo todo a la mierda se repiten de vez en cuando. Y me da la sensación de que un día no voy a pensar que "compensa" y voy a decir Adios y convertirme en silencio.

Si alguien me dice si esto es normal o no. Si no hay de que preocuparse o si tengo que mandarlo todo a la mierda. Si alguien sabe algo que yo no sepa o de lo que hoy no me acuerdo... Que me avise, por favor.

Sus consejos, sus animos, su apoyo, o su niña tu estás loca pinchando en comments.

Un beso a todos.

domingo, 5 de octubre de 2008

Interminable.

Hay días que se hacen largos, interminables. Que por mucho que los llenes de cosas, los minutos siguen pasando increíblemente lentos. Hay días que son agujeros negros que se tragan por completo cualquier cosa con la que los quieras llenar, dejandote sensación de vacío dentro.

Hoy es uno de esos días. Uno de esos días en los que me he levantado tarde (11 am) y he desayunado mientras leía. He leido, he recogido mi cuarto y la cocina, me he vestido y he salido a almorzar con mi extensa familia-tíos, primos, tíos-abuelos, padres, sobrinos...- y he estado hasta las 4. Después he hecho de niñera durante 3 horas con una chiquitina de 3 años que no me ha dejado parar. He jugado a que era su hija, su paciente, su alumna, su amiga y que ibamos al parque, la vecina que venía a tomar café... Hemos jugado con plastilina haciendo figuritas y jugando a hacer comiditas... Hemos merendado de nuevo con toda la extensísima familia. He vuelto, he hecho mis "deberes" de inglés. He leido. He salido a casa de una amiga donde he estado una hora. Y ahora estoy aquí, escribiendo letras y letras. Palabras que llenen mi hueco, para no echar de menos. Para no pensar que quisiera haber salido con EL a andar al campo y haber vuelto para ducharme y salir a tapear o a tomar una copa. Que ahora estaría despidiendome con un beso largo, interminable, como lo son hoy los minutos. O que podría estar sentada en su sofá. Leyendo mientras EL trabaja. O ayudandole a desconectar del trabajo a base de besos, caricias, abrazos, cosquillas... O preparando juntos una cena para dos que siempre sabe mejor.

Pero no. Por mucho que lo intento hoy no consigo quitarme de la cabeza que este domingo es un día más. Sólo un día de muchos que aún me quedan. Que hace casi 6 semanas que se fue. Y que me faltan otras tantas para verlo. Seis semanas que son 42 días. 42 interminables días como hoy. Agujeros negros que se lo tragan todo.

Pero bueno, mañana es lunes. Y la semana siempre pasa mejor. Más rápido. Más loca. La semana siempre es más solidaria conmigo. Es comprensiva y me concede una mayor velocidad en mis minutos.

Esperando el lunes con impaciencia... Y temiendo un puente que se presume eterno...

Besos para todos.

sábado, 4 de octubre de 2008

Cielo.


" El cielo, si es que existe, debe de ser un instante de sexo congelado. Hablo del sexo con amor, del apasionado encuentro con el otro. Si el sexo fuera una cuestión puramente carnal, no necesitariamos a nadie: quién nos iba a atender mejor en nuestras necesidades que nuestra propia mano, quiénes nos iban a conocer y querer más que esos cinco deditos aplicados. Si el onanismo no nos es suficiente es porque el sexo es otra cosa. Es salir de ti mismo. Es detener el tiempo. El sexo es un acto sobrehumano: la única ocasión en la que vencemos a la muerte. Fundidos con el otro y con el Todo, somos por un instante eternos e infinitos, polvo de estrellas y pata de cangrejo, magma incandescente y grano de azúcar. El cielo, si es que existe, sólo puede ser eso."
Rosa Montero, La hija del caníbal.

Nota: Esta tarde, mientras leía tan tranquila, me encontré con este parrafo, e inmediatamente pensé: lo tengo que colgar en el blog. No sólo porque, como Rosa Montero, pienso que el sexo para que realmente te haga sentir plena tiene que ser una experiencia compartida más allá de lo puramente físico. Me refiero a la sensación increible de estar dentro de alguien o de que alguien esté dentro tuyo, por completo. Mente y cuerpo. Como digo, no solo es por eso, es que además la acción sucedía en Amsterdam y... bueno, alguno ya sabeis mi predilección por los Paises Bajos. ;)
Besos y sonrisas.