jueves, 31 de julio de 2008

Encontrandome.



Como siempre, voy a hacer caso a una petición de Mara y voy a contar donde me he perdido para tener que encontrarme.




En septiembre de 2007 tomé una decisión que me costó asumir. Decidí prepararme las oposiciones de Secundaria, especialidad, Formación y Orientación Laboral. Siempre he querido dar clase, es lo que más me ha motivado. Bueno, dar clase y escribir, pero para lo segundo no tengo aptitudes y para lo primero sí. Por esas fechas estaba trabajando pero pensaba que en un par de meses se acabaría mi contrato. Además tenía (y tengo) un EL viviendo a 3000 Km y muchos sueños en la maleta. Tenía que decidir que hacer. Vivir alguno de esos sueños, buscando "aventura" o mejor dicho experiencias siguiendolo a EL, buscar esas experiencias individualmente, irme fuera de España, quedarme dentro buscando una prueba para mis aptitudes o comenzar de una vez el camino que sabía que tarde o temprano comenzaría. Decidí la última opción, mitad por convicción, mitad por cobardía o comodidad. Esa opción era estudiar para las oposiciones.




Al principio me costó. Me asustaba lo que yo consideraba cerrar puertas, y a la vez sabía que era lo que quería para mi futuro. Y sobre todo, me aterraba que el paso que daba, que dí, supusiera alejarme de EL. Me encerraba en Andalucía.




Al final me acabé convenciendo. Es lo que siempre he querido, y comencé a ver las puertas que me abría ser funcionaria con estabilidad y mucho tiempo libre. Recordé ese doctorado que está esperando que tenga dinero y tiempo para costearmelo y busqué las opciones de movilidad que se me permitían. Me gustó la idea. Y volví a dirigir mis sueños hacia un destino concreto.




Pasé meses culpandome por no dedicarle más tiempo a las oposiciones, a la vez que mantuve mis clases de Inglés para que no se siguieran cerrando puertas. Y por supuesto, seguí trabajando. Me convencía cada día que este año solo iba a probar suerte en el examen. Sabía que era muy difícil y que no disponía del tiempo necesario. Creí estar convencida. Un año de prueba y dentro de dos las oposiciones son mías. Eso me decía cada vez.




Abril, Mayo y Junio los dediqué por completo a las oposiciones. Pasaba todo el tiempo que tenía encerrada intentando aprovechar al máximo. Tenía una meta concreta. Y llegaron los examenes y llegó el momento de ver las notas. Y suspendí. Y me dolió no dar la talla. Mucho. Pero es algo con lo que sé lidiar. Después de dos o tres días de confusión llegó el otro problema, el otro sentimiento.




Y ahora? ¿Que hacía? Mi futuro volvía a ser una hoja en blanco. Ese es mi problema. Necesito una meta concreta y encontrar el camino como alcanzarla. Algo concreto entorno a lo que organizar mi vida. Me he sentido perdida. Ahora se ha pasado el miedo del primer momento, pero sigo sin saber como seguir avanzando. Necesito volver a ilusionarme. Esa es la única forma de encontrarme que conozco.




lunes, 21 de julio de 2008

Hecho por duendes.


Se quedó mirando la caja. Lisa y naranja. Muy sencilla, pero el naranja estridente. Y le gustaba. le gustaba por la frase grabada en letras de sobrio negro. "Hecho por duendes". Volvió a sonreir. Recordó cuando creía en la magia. Cuando le gustaba pensar que había seres invisibles dispuestos a prestarle su ayuda y consideraba vivos algunos de sus objetos, los preferidos.


Se sorprendió. La sonrisa pasó a ser una mueca. ¿Por qué pensaba en pasado? Creía. Le gustaba pensar. Consideraba. ¿Cuando se había negado a seguir creyendo? Hace muy poco coleccionaba alas de hada, ¿y ahora? Ahora se estaba negando a soñar. Se estaba obligando a dormir su vida. Sin más. Su mirada volvió a la caja. Pensó: la dejaré sobre la mesilla, bien visible.

jueves, 17 de julio de 2008

El agua y yo.

Como cada tarde de nuevo en la piscina, en este pequeño castigo autoinfligido. Me gusta el agua, me gusta la sensación al sumergirme y flotar. Pero a las 8 de la tarde, cuando ya no queda casi sol y la brisilla hace que refresque, lo que menos me apetece es la frialdad de ese agua. Y luego está el cansancio. El llegar al borde y ver al monitor exigiendo una nueva vuelta aunque yo ya sea incapaz de respirar. Tampoco es que le hagamos mucho caso, la verdad, vamos a nuestro ritmo. Y él se lo toma con filosofía, pero sin perder ni un ápice de empeño. Sigue con sus palmadas y sus gritos, aunque se le dibuje una sonrisa divertida ante nuestras quejas y malas excusas.

Pero hay un momento en el que nada de eso importa. Hay un momento en que puedo lograr que todo desaparezca. En medio de la piscina, los brazos extendidos y los ojos cerrados. Sintiendo el agua y mis límites entremezclandose. Dejando que me lleve el vaiven del agua. A veces incluso consigo abstraerme de las voces ajenas y del chapoteo del resto de grupos. Todo se vuelve el suave golpear del agua en mis oidos y la completa oscuridad. Como quien se adentra en un túnel en el que se detiene el tiempo. Y al abrir los ojos muy despacio, tan sólo veo el cielo. Limpio, no de nubes sino de la mano del hombre. Ningún edificio, ninguna persona. Nada. A veces ni siquiera oigo las voces del monitor pidiendonos que volvamos al borde para seguir con las actividades.

Nota: He suspendido los examenes, 4.61. No estoy mal, llevaba preparandome para esto desde que empecé a estudiar. Primer año, escaso tiempo, etc. Pero de todos modos, al final, la esperanza le había ganado terreno a la sensatez y consiguió que me desilusionara un poco al ver la nota. Pero ya se ha pasado. Sólo fue el primer día. A ustedes gracias, por los ánimos. En 2010 lo volveremos a intentar.

martes, 1 de julio de 2008

Libre.


Pues ya pasó todo. Concretamente hace 4 días que soy una mujer libre, de nuevo. Y resulta que tenía muchiiísimas ganas de hacer cosas mientras andaba en medio de esa tortura que son las oposiciones y ahora que tengo toooodo el tiempo del mundo no tengo ganas de hacer nada. Y es que mi energía vital había quedado por los suelos tras los examenes. Tanto es así que el Sábado, primer día de libertad, mi cuerpo dijo no más Pequeña, y me tocó un jaquecón de mil demonios que me tuvo noche del sábado y día completo del domingo entre la cama y el sofá. Eso sí, con lo que dormí creo que físicamente me he recuperado del todo.


Ahora el problema es no caer en la inercia del no hacer nada. No quiero pasar el verano limpiando por las mañanas y como una zombi frente a la tele por las tardes. Quiero (tengo, como obligación moral impuesta personalmente) que leer más, escribir (al menos en el blog), pintar, estudiar (sí, estudiar, pero de tranqui y por mi cuenta) y... buscar trabajo que en realidad es lo que menos me apetece y más debería hacer.


De los examenes, que seguro que alguien iba a preguntar, pues poco que decir aún. En primer lugar que estoy contenta con como han ido. Muy contenta. Tuve suerte con el tema que tocó en el escrito y llevaba muy bien preparado (y se notó) el oral. Pero... no es suficiente, lo sé y no me importa (bueno, un poquito sí, pa ser sincera) El caso es que es mi primer año y he llevado muchas cosas para adelante a la vez. No le había dedicado el tiempo que debía y pensaba que no iba a hacer casi nada en el escrito, y me daba miedo quedarme bloqueada en el oral y salir huyendo. Al final no pasó nada por el estilo. Y, aunque ni se me pasa por la cabeza coger plaza, al menos hay alguna posibilidad de aprobar. El 14 salen las notas, así que ya os contaré.


Bueno, y como vuelta va a ser suficiente, que no ando muy concentrada hoy. A ver si poco a poco me centro. De momento, toca repaso a vuestras casas, que os tengo dejadillos a todos.