Estaba yo blogueando tan tranquila (y escaqueandome momentaneamente del curro, no sólo de pan vive el hombre-ni la mujer) Pues eso que estando yo blogueando llego al blog de
Angel y que me encuentro? Pues que al muchacho le ha dado por hablar de culos, tetas y partes favoritas del cuerpo. Y considerando que venía de leer a
yaves que hablaba de mentes sucias, de su chico y de la lactancia... Pues nada, que mejor que seguir trabajando escribo un poco que así no hay quien se concentre.
Y estaba yo planteándome mis partes favoritas del cuerpo, y me he dado cuenta que tengo que hacer una distinción. Por un lado está las partes favoritas del cuerpo masculino en general y por otro las de mi ÉL en concreto, porque no coinciden. Y es que no puede ser, toda tu vida teniendo un ideal de tío, trabajandotelo y demás, para acabar contradiciendote a los 23.
Pero bueno, a lo que ibamos. Siempre me han gustado los ojos. Era lo primero en lo que me fijaba, siempre. A los quince pensé que me pirraban los ojos azules y verdes (por lo llamativos) Pero claro, luego creces y te das cuenta que ni ojos verdes ni azules, que lo que te gusta es que los ojos sean expresivos, vivos... Y sobre todo, que tengan esa capacidad de clavarte la mirada y desnudarte por dentro. Y no, no me refiero a babosos con mirada de rayos x, que hay algunos que parecen que la tienen y que te están haciendo un escaner, los hijos de su madre. Sino esos ojos que te dejan indefensa y te vuelven tartamuda.
Las manos. Me encantan las manos de los tíos. Manos grandes, curradas. Muy masculinas. Esas que con sólo rozarte la espalda te cortan la respiración. Cuando un tío sabe agarrar se nota. He bailado algo, me gusta la salsa y estuve en clases años ha. Y ahí se notaba el tío que lo hacía con seguridad, firme pero suave... El que te destrozaba con sus manazas o le gustaba pasarse siempre más abajo de lo debido... Como el capullo de G que me dijo en su primera clase, no es que a mi me gusta más agarrar por aquí (ya, claro y a mí que me toque bailar con Fran y no contigo, que se le va a hacer, sube la manita medio metro para arriba si no quieres que te la corte). Pero eso, unas manos fuerte me dan confianza y me excitan un montón. Por eso cuando veo unas manos grandes, con una pulsera de cuero o de hilo y un anillo en el dedo gordo... Ay! Se me va la vista detrás.
El culo. Me encantan. Y desde hace un tiempecito, me gusta más tocarlos que mirarlos. Bueno, tocar uno en concreto... que no veas que culito tiene el niño, será que monta en bici...
La actitud. Y aquí se complica la cosa. Son muchas cosas las que me gustan, pero hablando de la primera impresión... No sé, me gustan esos tíos que parecen muy interesantes, muy seriecitos y profundos. Quizás, también, me suele gustar (y esto porque me enternece) el aire tímido.
Uy! se me olvidaba. También me gustan las mandibulas. Esto es algo más del subconsciente. Porque no es que me gusten las mandíbulas anchas, bien marcadas, en sí, pero es verdad que casi todos los tíos en los que me he fijado la tienen así. Huesos bien marcados. Muy masculino también... Si al final voy a resultar toda una retrógrada en busca del hombre de las cavernas!!! Me estoy dando miedo.
Y ahora en concreto de mi ÉL. Mis partes favoritas, lo que más me ha gustado.
Su voz. Eso seguro en primer lugar. Es curioso porque nunca me había fijado en las voces de los tíos. Ni siquiera en la suya. Y es que, de hecho, la voz le cambia cuando estamos con los colegas todos juntos, a cuando hablamos los dos solos. Cuando estamos solos y comienza a contarme alguna anecdota, o intenta explicarme alguna teoría, o simplemente intenta abrirse un poquito para mi... Entonces se le vuelve la voz más profunda y más suave, y me relaja un montón escucharle. Es como llegar a casa y encontrarse la chimenea encendida y liarse en una manta. Puede tronar fuera, diluviar, lo que sea, que tu te sientes protegida contra todo. Cuando me habla así, ya sea de monjes budistas o de lo que comió ayer, siento que todo va ir bien. A veces consigue que tenga esa sensación hasta por teléfono.
Joder, que me ensimismo! volvamos a la realidad, otra parte (Dios me siento Jack El Destripador, diseccionando tíos en vez de putas)
Sus manos. Aquí si coincide con mis gustos generales. Y es que tiene las manos grandes y fuertes. Y tiene bastante fuerza. Me gusta cuando me levanta con tanta facilidad y me coloca donde él quiere. Y me gusta cuando me da masajes en las manos (es una caricia muy curiosa) o me da pellizquillos en el reverso de las manos. No sé, son dos caricias muy personales. Y sí, Angel, también me encanta cuando me coge el culo ;).
Su boca... Jejeje, Vaaale esta es trampa. Creo que esta no se puede contar.
Su espalda. Tiene unos hombros increíbles, y no es de gimnasio, es estructura osea natural. Nunca me han gustado los tipicos musculitos de gimnasio, no sé, me parecen artificiales. El, sin embargo, tiene la espalda ancha pero muy natural y desde siempre me ha gustado eso de él. Perderse, recorriendosela a besos es un lujazo...
(No sé para que me he planteado escribir este post, si es que me pierdo, Dios mío, me pierdo...)
Su actitud. Y no es ni tímido, ni le gusta parecer chico interesante y seriecito. Al contrario. Le encantan las bromas, no para quieto y es capaz de entablar cualquier conversación con cualquier persona que le presente. Tiene mucho mundo, y eso sí me gusta de él. Y es de fiar. En todos los sentidos. Es un buenazo, aunque cuando quiere le echa una cara dura... Y eso también me gusta. Le gustan las cosas muy claras, no es nada zalamero. Antes se calla que decir algo en lo que realmente no cree. Y bueno... esto es demasiado amplio, y no corresponde a una parte sino a un todo, así que mejor no sigo por aquí. Ya está siendo excesivamente largo este post.
Y bueno, también me gustan su culo, sus brazos, sus ojos (su mirada concretamente, pero por su ternura, ojos claros como dijo una vez yaves), su flequillo...
Demasiadas cosas...
Y ahora, os toca a ustedes. Que partes os gustan de los tíos/tías??