lunes, 26 de noviembre de 2007

Silencios.

Primero de todo, dar las gracias a Nicolás, por prestarme esta entrada. No lo he escrito yo, lo escribió él hace mucho, pero la casualidad ha hecho que precisamente hoy lo haya encontrado. Otro día, quizás no hubiese significado tanto para mi. Pero hoy me siento un poco como esa chica, esa mujer que necesita el afecto y la pasión. Y hoy me ha dado por pensar que quizás yo también un día pase a ser un silencio, una pregunta sin respuesta, una llamada perdida.
Me gustó mucho Nicolás y gracias por darme tan rápido tu permiso para robartela.


"Sonó la cerradura de la puerta, un giro a la izquierda, dos a la derecha, y esta cedió al empuje. Pasos, pesados y cansinos. “Hola Buenas noches”.- Alberto se te acercó y dejó un suave roce en tus labios. “¿Qué tal el día?, ¿que hay para cenar?”. Cuando te quisiste dar la vuelta para verle solo distinguiste su espalda camino del dormitorio, “Judias verdes, ¿te apetecen?” “Si, claro está bien”. Pusiste la mesa la garrafita del vino, dos platos, dos tenedores, dos cuchillos, dos servilletas. Alberto sonrió, “Tiene buena pinta y bien ¿tu día?” Más tu cabeza pensaba.. “ mi día, mi día, cuatro paredes, tres electrodomésticos y tú, ese es mi día esos son mis días.” La cena acabó como todas las noches, él se fue a encender la televisión, mientras tú recogías los platos, oíste el rutinario sonido del presentador del telediario, él en su sofá y tu en el tuyo. Tic, tac, tic, tac... Hora de irse a la cama, un beso, un buenas noches, tú te acercas esperando una ración de amor, algo que al menos te hiciera sentir, pero sólo dos palabras de él: “Estoy cansado”, se levantan como un muro infranqueable, y te das la vuelta para sumergirte en un sueño húmedo donde otras manos y otro cuerpo te hagan vibrar, recordarte que aún no estas muerta, que vives y gozas.

Sonó la cerradura de la puerta, un giro a la izquierda, dos a la derecha, y esta cedió al empuje. Pasos, pesados y cansinos. “Hola dijiste” y él respondió con un seco “¿Qué tal?”, “¿Un mal día?”, “Si creo que no cenaré”. A la mierda 3 largas horas, tu trabajo, tus ánimos y tu sudor. Te acercaste e intentaste besarle, un poco de calor, de apoyo, “Déjame, no estoy de humor, creo que me ducharé y me iré a la cama”. Te miraste en el espejo, las arrugas empezaban a cruzar tu frente y el cansancio hacía mella en la textura de tu piel. Recordaste aquellos días en los que no notabas que abría la puerta y de pronto algo caliente y húmedo recorría tu nuca sus manos abarcaban tus pechos, su cuerpo se pegaba al tuyo y la cena, la cena.... podía esperar, sentada en la encimera te hacía el amor como si fuera la primera vez, como si fuera la última vez que te lo haría.

Sonó la cerradura de la puerta, un giro a la izquierda, dos a la derecha, y esta cedió al empuje. Pasos, pesados y cansinos. “Hola... ¿Hola?... ¿Hay alguien en casa?...”Sólo quedó el eco de la puerta al cerrarse."

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Conozco el blog de Nico pero no lo había leído, juer que relatazo..entiendo por esta entrada que estás algo agotada, ánimo para lo que suceda al final.
Muchos nos hemos sentido así alguna vez, lo de darse la vuelta y decir: estoy cansado, con esa indiferencia, produce sueños húmedos pero por las lágrimas más bien.
bessos

Nicolás dijo...

Es un placer que pongas aqui este relato, espero que si ha de ser asi, y por tu bien un dia haya ese silencio mientras tu cantas de felicidad....

besos

Anónimo dijo...

No quiero que haya ese silencio. Le quiero y sé que me quiere. Lo sé. Pero la distancia (y a veces no es sólo física) me agota. Cuando lo tengo junto a mi, no existe ese problema, pero cuando no está... Por ahora sólo tengo claro lo que dice la canción: Para volver a volver, no te marches ahora, de una vez quedate.

Hacía tiempo que no os agobiaba con estas cosas... Hoy ha tocado.

Besos a los dos.

Angel dijo...

Pero que te pasa......?????

Nicolás dijo...

No nos agobias, es bueno sacarlo y compartirlo... al menos yo lo hago en mis cuentos y es coo si luego la carga fuera muy ligera

Anónimo dijo...

Nada, Angel. Que me canso de esperarle. Que necesito que me mime. Pero no está. Que me ha tocado día tonto.

Mañana me encontraré mejor, como siempre y hasta la próxima vez.

Besillos y que sepas, que a pesar de todo, el leer lo de la bañera hoy me ha sentado bien.

Un beso.

Mara dijo...

Todos necesitamos afecto y pasión y... la pasión es más necesaria de lo que podemos llegar a creer.
Nena, sé que una relación a distancia es muy difícil porque he vivido dos. Una más grande que la otra en todos los sentidos. Y sé que las pequeñas y las grandes cosas te pueden hacer tirar la toalla. Pero lo tomas o lo dejas. Tu haz lo que creas que te va a hacer bien. Besitos

Angel dijo...

Me alegro entonces, supongo que son momentos puntuales... Es lo que tiene la distancia... a mi nunca se me han dado bien.. Es lo de siempre has de mirar si compensa.

kafrune dijo...

Niña:
No tengo grandes palabras para decir, soy tambien alguien necesitando afecto.
Solo dire que cuando amas va mas alla de las distancias, el tiempo, la vida misma, si el amor surgiera despues de regar las plantas, todos tendriamos un jardin en donde pasar la tarde.
Besos y que estes bien

Anónimo dijo...

Gracias chicos. Hoy estoy mucho más tranquila. Aunque hasta que no vuelva a hablar hoy con él no sé como va a ir la cosa. Ayer hablamos mucho... No sé.

Besos.

Patricia dijo...

Tengo los pelos de punta.

Primero déjame felicitar a Nicolás, no había leído este relato. Me ha encantado, como todos. Por un momento me he sentido ella. Supongo que es lo que te ha pasado a ti, que te sientes un poco asi al tenerle lejos fisicamente o cualquier otra forma de lejanía.

Por otro lado "para volver a volver"... me encanta ;)

Besotes

PD: te enlazo... debí hacelo hace tiempo, peeeeeeero soy una despistada jajaja

Plavi dijo...

el relato esta genial

algo espeluznante

y algo bastante triste...la rutina... bufff odio la rutina tanto o mas que cualquier otra cosa, la rutina es como una cerilla que se va consumiendo, sin darte cuenta embobado por la llama hasta que te kemas los dedos y t das cuenta que el calor y la luz que te alejaba de la vida exterior se termino


un beso