
"Sonrisa puesta y ojos risueños. Risilla intercalada cada dos frases
y siempre dispuesta a regalar una carcajada. Cualquier pique
recibe como respuesta una imagen, bien clarita, de una lengua.
O un mohín airado, demasiado exagerado para ser creíble.
Cabezota. Para lo bueno y para lo malo. Algunas
discusiones se eternizan. Si se decide que se va
y siempre dispuesta a regalar una carcajada. Cualquier pique
recibe como respuesta una imagen, bien clarita, de una lengua.
O un mohín airado, demasiado exagerado para ser creíble.
Cabezota. Para lo bueno y para lo malo. Algunas
discusiones se eternizan. Si se decide que se va
a conseguir algo, no importa lo que se tarde,
a por ello hay que ir. Ceño fruncido ante problemas
sin resolver. Mirada obcecada a la pantalla del
ordenador cuando el p... descuadre señala 0.01.
Indecisa. Insegura. Los nervios a flor de piel siempre. SIEMPRE.
El estómago y el sueño se resienten. Días sin comer y noches de
mil vueltas en la cama. Los engranajes del cerebro siempre
crujiendo. Ideas rebotando constantemente en la cabeza.
Serena. El control de la situación siempre en
las manos. Con una "aparente" capacidad
para la calma. Nadie adivina el nerviosismo.
Siempre saliendo de la boca la palabra precisa.
(Aunque por dentro, y esto es un secreto, mil
demonios trastoquen tu funcionamiento)
Decidida. Valiente. Tomar decisiones y saber que se
llevarán a cabo. Contra vientos y mareas. Aunque
por dentro se tiemble, se dude y el germen del
arrepentimiento intente hacer mella.
Capaz de decir lo siento. Diciéndolo sincera, con la mirada fija y el corazón abierto. A veces la decisión y la cabezonería nublan la visión. Pero siempre hay alguien que ayuda a abrir los ojos. Nunca negarse a decir lo siento.
Llorica. Esa lágrima fácil mojando la almohada,
mientras los brazos abrazan a las rodillas o a ese
peluche tan acostumbrado a la salobridad del llanto.
Fuerza. Genio. Nunca aceptar que algo duele. Ironía
ante los envites. Reirse de todos, de todo y de ti.
Mirada alta y paso firme.
Responsable, seria. Siempre saber que palabra está
de más y cual está de menos. Compostura perfecta.
Saber estar, saber hablar. Casi elegancia.
Rídicula. Con esa capacidad sorprendente para meter la pata.
Boca grande. Torpeza continúa. Tropezones, caídas. Manos
de trapo.
Activa. Con mil cosas proyectadas. Aficiones de todas clases.
Un día pintar. Otro, escribir. Al siguiente, clases de baile.
Hacer aerobic. Salir a andar al monte.
Pereza absoluta. Diez minutos después de sonar
el despertador, seguir envuelta en las sábanas.
Sábados de apuntes sobre la mesa y tirarse en el
sofá. Cualquier actividad es excesiva si supone algo
más que cambiar de canal. Tres dibujos a óleo sin
acabar. Eludiendo amigos que proponen noches
de marcha.
a por ello hay que ir. Ceño fruncido ante problemas
sin resolver. Mirada obcecada a la pantalla del
ordenador cuando el p... descuadre señala 0.01.
Indecisa. Insegura. Los nervios a flor de piel siempre. SIEMPRE.
El estómago y el sueño se resienten. Días sin comer y noches de
mil vueltas en la cama. Los engranajes del cerebro siempre
crujiendo. Ideas rebotando constantemente en la cabeza.
Serena. El control de la situación siempre en
las manos. Con una "aparente" capacidad
para la calma. Nadie adivina el nerviosismo.
Siempre saliendo de la boca la palabra precisa.
(Aunque por dentro, y esto es un secreto, mil
demonios trastoquen tu funcionamiento)
Decidida. Valiente. Tomar decisiones y saber que se
llevarán a cabo. Contra vientos y mareas. Aunque
por dentro se tiemble, se dude y el germen del
arrepentimiento intente hacer mella.
Capaz de decir lo siento. Diciéndolo sincera, con la mirada fija y el corazón abierto. A veces la decisión y la cabezonería nublan la visión. Pero siempre hay alguien que ayuda a abrir los ojos. Nunca negarse a decir lo siento.
Llorica. Esa lágrima fácil mojando la almohada,
mientras los brazos abrazan a las rodillas o a ese
peluche tan acostumbrado a la salobridad del llanto.
Fuerza. Genio. Nunca aceptar que algo duele. Ironía
ante los envites. Reirse de todos, de todo y de ti.
Mirada alta y paso firme.
Responsable, seria. Siempre saber que palabra está
de más y cual está de menos. Compostura perfecta.
Saber estar, saber hablar. Casi elegancia.
Rídicula. Con esa capacidad sorprendente para meter la pata.
Boca grande. Torpeza continúa. Tropezones, caídas. Manos
de trapo.
Activa. Con mil cosas proyectadas. Aficiones de todas clases.
Un día pintar. Otro, escribir. Al siguiente, clases de baile.
Hacer aerobic. Salir a andar al monte.
Pereza absoluta. Diez minutos después de sonar
el despertador, seguir envuelta en las sábanas.
Sábados de apuntes sobre la mesa y tirarse en el
sofá. Cualquier actividad es excesiva si supone algo
más que cambiar de canal. Tres dibujos a óleo sin
acabar. Eludiendo amigos que proponen noches
de marcha.
Marchosa sin remedio. Loca por un lugar con amigos
y música. No parar de moverse en toda la noche. Pies
destrozados, caras desencajadas de las risas. Ignorando
el sueño y las punzadas de las piernas.
Loca. Infantil. Corriendo, dando vueltas, riendo.
Al lado de cualquier niño, ser más niña aún.
Dislocar a todos y acabar con el corazón a mil.
Mareada de tanto saltar, gritar y dar vueltas.
Soñadora. Con ganas de creerse todo. Creyendo en la magia
(y en las hadas, ;) ). Dejando volar la imaginación hasta límites
insospechados, hasta que "la realista", esa otra pieza del puzzle,
obliga a ser consecuente con la edad. Y entonces se acaba la
diversión.
Dulce y tierna. Con esa capacidad para acurrucarse en los brazos de él. Perdiendose en un beso, en un abrazo. Inventando mil caricias nuevas. Siempre soñando con sus manos y su boca. Con su cuerpo entero. Suspirando enamorada."
Éstas y muchas más soy. Un montón de piezas de puzzle contradictorias. Un puzzle que parece imposible ver completo. ¿Mil caras para una sola moneda? Algo así. Quizás solo una palabra pueda resumirme: Contradicción.