jueves, 10 de enero de 2008

Reprimida.


Lunes 7, de vuelta de una cena despedida. EL, nuestra amiga común y yo caminando hacia mi calle, que es la misma que la de mi amiga, para dejarla en casa. Ella iba contandonos los problemas y paripés que conlleva el tener una familia muy conservadora, sobre todo en temas sexuales. Su familia, en ese aspecto, se parece a la mía. Sólo que ella tiene así a casi toda la familia (un hermano, ambos padres y, para algunas cosas hasta una hermana) y yo tengo a mi madre, porque mi padre no se mete en nada, aunque a veces se note que no le gusta algo, y mis hermanas me apoyan en todo.


En esas estabamos cuando le dije que en casa pasaba igual. Siempre las apariencias y el tabú del sexo (aunque he de reconocer que mi madre asume que las dos pequeñas tenemos relaciones sexuales con nuestras parejas y su madre sigue diciendo-creyendo que ella es virgen a pesar de que lleva 5 años con su novio). Empezó a justificar que tardó 3 años en acostarse con él porque tenía muy interiorizado el sentimiento de estar haciendo algo malo. Yo le dije que la entendía, que en cierta forma, a mi me ocurría igual. Que mi hermana mayor y yo siempre decíamos que estabamos reprimidas por culpa de la educación recibida.


Reprimida... Y ahí salió la palabrita. Mirada atónita de EL, que hasta entonces se había mantenido en silencio, risa de ella al descubrir la mirada de él.


- Reprimida??? Tú???


Ella reía al ver lo poco que se creía eso él, y yo no tuve más remedio que matizar. Vale, quizás ahora no se note tanto, pero siempre me he sentido muy coartada por lo que pensasen mis padres. Siempre anda (o andaba) cierto miedo a que mis padres supieran lo que su niña hace. Y guardo las apariencias con ellos.


Esa noche, cuando estabamos solos en el coche, charlando muy bajito, sientiendonos cerca más que nada, apurando las pocas horas que nos quedaban de estar así, le vino de nuevo a la cabeza.


- ¿Por qué has dicho que estabas reprimida? No es verdad, para nada.


Y ahora fui yo la que me reí. Es verdad que soy yo la que más lo busca. Me encanta picarle, sobre todo porque él es más tímido que yo y a veces se corta cuando le pellizco en público, o le beso el cuello y la oreja en medio de la calle. Creo que es porque le da corte la carilla que se le queda y protesta medio riendo. ( Me encanta cuando encoge el cuello, cierra los ojos y frunce el ceño, sonriendo). También es cierto que siento mucha curiosidad por sentir cada vez más. Cuando comencé a sentirme más cómoda con el sexo (al principio, por inexperta, le dejaba a él hacer y yo le imitaba, no más) empecé a tomar iniciativas, pequeñitas aún. Vendarle los ojos, probar los cambios de temperatura, caricias con el pelo a modo de pluma, jugar con chocolate... Uno de mis regalos de Reyes ha sido un aceite afrodisiaco para dar masajes (sabor menta...) Y hemos estado hablando de atarnos las manos y de probar algún juguetito. Intente explicarle que sino se me nota lo de estar reprimida es porque voy superandolo y que una cosa no quita el ser curiosa.


Le conté, a modo de ejemplo, aquella vez que con 18 o 19 años, D se iba a quedar a dormir en la casa de estudiante de mi amiga, casa en la que yo me quedaba y no le dejé. Aún no entiendo como no me odió a muerte, porque yo 5 minutos después de cerrar la puerta me odiaba a mi misma, y es que estaba coladísima por D y esa noche mi amiga nos había preparado una encerrona para que, de una vez, nos liaramos. (Nos liamos, pero claro, no pasó de dos besillos y poco más, claro yo lo eché...) O como tardé hasta los 18 en liarme con un tío (un baboso, muy mono pero un cerdo, pero que al menos hizo que para cuando me lié con D no estuviera tan nerviosa).


Creo que después de mis historias (hubo alguna más dignas de una reprimida) entendió a que me refería y se alegró mucho de que hubiese cambiado (jo! y yo también me alegro, no te fastidia!).


Y ahora una cosa que me hizo gracia, y que medio me reconoció ese día. No hemos estado nunca en un Sex shop juntos, hemos pasado varias veces por la puerta de uno que hay en el centro de la ciudad de al lado de mi pueblo, pero él nunca ha dicho de entrar y yo tampoco. Alguna vez me dio la impresión de que le apetecía pero no quería decirme nada, pero nunca le había preguntado porque estoy casi segura que no lo hubiera reconocido. Buscando traje para el 31, pasamos por la puerta y él hizo un amago de hacía el callejón donde está. Le pregunté donde quería ir y él me dijo que nada, que a ningún sitio y seguimos hacia delante. Cuando empezamos a hablar del aceite que había comprado en ese sex shop y del tema del sexo y demás, me dijo que el otro día estuvo por proponerme entrar. Sonreí y le dije que eso me había parecido, pero que como no dijo nada le seguí la corriente. Creo que a veces le da miedo presionarme con ideas nuevas, a ver si ya le va quedando claro que soy suficiente mayorcita para hacer lo que me apetece sin dejarme presionar y que sugerir no tiene nada de malo.


Así que no sé que dirán ustedes, pero nosotros hemos quedado que si he estado reprimida, ya se me ha pasado. Y lo que me alegro!

8 comentarios:

Mara dijo...

jejeje, me alegro de que ya no lo estés bonita. Y si te queda algo... tu juegajuega, verás como se te pasa! jejeje

Besos mil!

Angel dijo...

Es genial entonces, la familia a veces cohibe, pero tu eres libre, y tienes que disfrutar, que de eso se trata...

Anónimo dijo...

No creo que estuvieras reprimida para nada, lo que pasa es que tenías 18 añitos y yo a esa edad también era muy vergonzosa..ahora ya has crecido y has madurado, ya no tienes los mismos miedos que antes, normal, yo lo veo así.
Yo no he entrado a un sexshop todavía, lo espero remediar pronto, ojalá halla eso que dices pero de menta y chocolate ¿es muy pringoso?
¿mereció la pena la compra? jeje

bessos

Anónimo dijo...

Mara: Totalmente de acuerdo. Mientras más se juega, mas se quiere jugar... Mmm! ;)

Angel: Se intenta Angel, se intenta.

Yaves: Si, en parte es verdad que yo he sido muy niña para esas cosas siempre.

El aceite aún no lo he probado. Se lo regalé con una nota (para usar en febrero) porque voy en febrero a verlo. Y cada vez me alegro más de haberselo regalado, porque cuando le dije para lo que era... se le quedó una carita... Y luego, por la Webcam(también se la he regalado para Reyes) el día que llegó empezó a hablarme de lo del aceite, de sus propiedades... Y yo le expliqué (solo por encima, sin detalles) lo que pensaba hacerle... No veas que carilla me ponía. Creo que va a servir para dar mucha cuerda mientras llega febrero... Jeje, era mi idea ;)

De todos modos cuando lo pruebe te cuento. Ah! y hay de chocolate y de menta, pero juntos no lo he visto, cada sabor por separado.

Besillos a todos.

kafrune dijo...

Niña:
No soy muy afecto acontar estas cosas, soy un pervertido en verdad, a veces soy mas pervertido en apariencias que en la intimidad, con mis parejas he probado muchas cosas, de hecho hice un curso de masjaes relajantes, eso ha traido muchas satifacciones, pero yo no creo que en el sexo se pueda hablar de represiones, uno hace en primera instancia lo que sabe o le sale, despues empieza la parte de investigacion, de juegos previos, de perversiones. Disfruta con tu pareja todo lo que puedas y sientas ganas de hacer sin inhibiciones. Lo esesncial es estar con quien uno ama, con quien uno se siente comodo, eso no necesita de tantras ni kamasutras, aunque siempre es beno ir descubriendose. Al fin y al cabo siempre la cuenta da dos dandose amor y placer.
Besos y que estes bien

Miguelo dijo...

me encanta la tira de mafalda

Patricia dijo...

¡¡Me alegro!! El sexo no es algo de lo que avergonzarse ante unos padres, ni nada por lo que reprimirse, mas bien al contrario.
Mi caso por fortuna es distinto al tuyo. Mis padres son bastante abiertos de mente y en casa el sexo nunca ha sido tabu. Es mas, el viernes voy a un sexshop con unas amigas (vamos de excursión jajajaja) y ayer le dije a mi madre, mientras cenábamos con mi padre:

- Oye, que el viernes salgo (no pidiendo permiso, sino informando)
- Ok, donde vais?
- Subo a Madrid, con elena y cristina (risa pícara en mi cara)
-¿Por qué te ries?
-Porque si te digo donde voy me matas.
- Y eso?
- Pues ... porque vamos a un sexshop (risa mas pícara aún)
- Cabronaaaaaa, llévameeeeeee, que sabes que me gustaría ir a uno!!
- jaajjaj que no mama que no, ya te vendrás otro día. ¿Te traigo algo?
- Lo que nos faltaba (mi padre jajaja riendose)

Para que veas, tabues ninguno.

Disfrutaaaaaaa, y llevate a El al sexshop!!

Besosssss

Carlota dijo...

La verdad es que la educación que den los padres en cuanto al sexo es importante, pero vamos, que luego tú echas a volar, y vuelas sola...y en parte el sexo es volver a ser niños, a jugar, sin tapujos, ni represión, ni miedos...un besito, guapa.