miércoles, 12 de noviembre de 2008

Ya estoy aquí.

View of Delft. J. Vermeer.


Acomodandome en el sofá, colocando cojines... Tirada a lo largo buscando una postura cómoda para leer durante un rato. La joven de la perla. Está ambientada en Delft, una ciudad holandesa a unos cuantos kilometros de donde estoy ahora mismo. Creí que era una buena elección leer el libro rodeada de su propio ambiente. Donde las descripciones de canales, casas, calles y hasta gentes me resultaran familiares. Acerté. Y aunque hace más de un año que visité Delft, me sorprendí reconociendo algunos de los lugares que describe. Escuchando el eco de mis pasos por esas mismas calles que Griet recorre.




Tras sumergirme un rato entre sus paginas, levanto la mirada para observarlo. La luz del flexo le enmarca la cara absorta en la pantalla del ordenador. Sigo admirando la capacidad de concentración que tiene. La casa en total silencio y ese aire de tranquilidad que se respira... Todo parece un poco más lento, hasta casi el tiempo (y eso que siempre juega en mi contra cuando lo tengo cerca). Se está genial esta tarde. Después de toda la mañana fuera, llegar a casa sintiendo ese calorcito de hogar que tiene este apartamento. Es por la buena calefacción. Por mucho frío que haga fuera aquí siempre es "abril".




Me gusta mirarlo. Supongo que es una manía que nace de pasar tanto tiempo sin poder hacerlo. El sólo hecho de levantar la cabeza y verlo en la misma habitación que yo me hace sonreir. Una consecuencia de la distancia que hace que se aprecien más pequeños detalles. Levantarme del sofá, ir hasta ÉL, rozarle suavemente con un beso y mirar por encima de su hombro lo que escribe en la pantalla. Ver su sonrisa...




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Ahora estoy sentada frente a mi portátil. Junto a ÉL. Mientras ambos nos perdemos en nuestras respectivas pantallas, yo, de vez en cuando levanto furtivamente la mirada hacia ÉL. Y de paso, cojo un trocito de chocolate con forma de pepita de café y cierto saborcillo amargo. De vez en cuando nos sorprendemos las miradas. La verdad es que hoy se está genial.

7 comentarios:

Alegría dijo...

...ay, Pequeña...esos instantes que, cuando se convierten en costumbre no acertamos a valorar lo suficiente, entre las prisas, el estrés y el día a día... Es tan hermoso eso que vives...saborea cada instante, no pienses en el tiempo, impregna tu mente de todo cuanto te transmiten tus sentidos... escucha el silencio...ese silencio de los dos en aquel maravilloso apartamento para ti ahora... y sé feliz, porque la felicidad no es más que la capacidad de saborear esos instantes que nos brinda el día a día... y que son, especiales...

Carlota dijo...

Primero: disfruta como estás ya haciendo, eso y más :). Conozco Delft... una de mis mejores amigas vivía en Vlaningan (no sé si estará bien escrito), pues se casó con un holandés, y estuve pasando unas vacaciones en su casa... supongo que conocerás Amsterdam, a mí me encantó ;). Amor y chocolate.. buena mezcla. Un beso enorme.

Angel dijo...

Como me alegra que estes asi, disfruta mucho, de todo, del entorno... Y quédate alli!!!!!!

Anónimo dijo...

disfrútalo mucho

bessetes

kafrune dijo...

se podria decir algo mas con la mejor poesia? no lo creo...
niña haces que soñar sea el lugar donde todos los caminantes debieramos ir.
me alegro mucho por ti...
besos y que estes bien

Mara dijo...

Cuanto me alegro de que estés bien... Sólo digo eso :)

Anónimo dijo...

Difruta!