viernes, 16 de mayo de 2008

Carta.


Te noto lejos. No es justo, ni racional, pero te noto lejos. Sé que intentas estar siempre ahí, que no debería sentirme así pero no puedo evitarlo. Acabo de hablar contigo, te he contado que andaba algo desanimada en general pero cuando hemos girado la conversación a nosotros he vuelto a eludir la verdad. No sé porqué lo hago. Tengo ganas de explicarte que necesito que te abras más, que me cuentes cosas desde dentro. Como al principio, cuando me decías mucho que me echabas de menos. Cuando me decías que estabas harto de llegar a casa y que no hubiera nadie. Y sé que no ha cambiado, que ahora lo que sientes por mi es más fuerte. Pero también es más sereno. Y yo sigo necesitando tus mimos.


Luego me arrepiento. Odio ser una llorica. Odio tener miedo constantemente a que todo se enfríe. Odio mi inseguridad. Soy insoportable hasta para mi misma. Claro que no soy siempre así. Pero lo soy muy a menudo. Demasiado. Por eso me callo y te digo que no creo que tenga que ver con nosotros. Que estoy bien, solo que las cosas me afectan más, todo. Pero no es todo, es tu, la distancia y no sentir que estás enamorado de mi.


Ya sé que me has dicho que te es dificil exteriorizar lo que sientes y más por telefono. Sé que me dices que cuando estamos juntos sí que lo siento. Y es verdad. Pero hace casi 8 semanas que no es así y siempre me da miedo que cuando nos volvamos a ver algo se haya perdido.


Y así luego llegan las pesadillas. Te he hablado de ellas. Pero como siempre, no te lo he contado todo. Te he hablado de las de persecuciones. De esas en las que siempre escapo de algo. Pero no son las que más me afectan. Luego están las otras. Las que aparecen cada vez que un día no hablamos, o que te noto distante porque andas muy metido en el trabajo. Cuando nos veo juntos, pero noto creciente tu indiferencia hacia mi. Y sigues conmigo, pero noto que algo no va bien. Y cuando la sensación de malestar es tan fuerte que noto el frío calarme los huesos. Me despierto. Y sé que solo era un sueño pero no puedo alejar de mi cabeza esa situación. Y me remuevo incomoda en la cama buscando momentos que contradigan lo que mi subconsciente me lanza. Y los encuentro. Siempre encuentro esas palabras dichas que me hacían sentir blandita por dentro. Ese abrazo y esa mirada que alejaban cualquier problema. Como tu dijiste, el sentirme en casa cuando estoy contigo. Pero lo encontrado es parte del pasado. Es siempre de hace semanas o meses. Y no es suficiente. Porque ahora no estás. Ahora solo hay oscuridad y rutina de apuntes. Mañana, tarde y casi noche.


Y no es un reproche. Por eso nunca consigo contarte porque siempre intuyo ese reproche de fondo. Y sé que no es culpa tuya, sé que es la distancia, que son las oposiciones y sentirme estancada. Sé que, además, yo soy mucho más dependiente que tú. Y que necesito desahogarme mucho más. Y tú te lo guardas para ti y te adaptas mejor a lo que venga.


Y también está el orgullo. Lo que me molesta reconocer que te necesito más que tú a mi. Lo que me molesta pedir atención. Y tú no entiendes eso. Siempre dices, pídemelo, grítamelo. Y yo no soporto sentir que te presiono, que las cosas no salen de ti.


Y así estoy. Sin entenderme muy bien. Con toda la irracionalidad de la que puedo ser capaz rondandome la cabeza. Y necesitando sentirte. Sentirte muy cerca. Como aquellas noches en las que imaginabamos amaneceres en cualquier parte del mundo para reducir distancias, cuando colgaba y me quedaban ganas de llorar por tenerte sin tenerte. Pero a pesar de echar tanto de menos, me sentía feliz.


Ahora te echo menos de menos pero estoy soy menos capaz de disfrutar. Espero que en dos semanas, cuando vuele hacia a ti, todo se diluya de nuevo.


Esta carta no llegará a destino. Y puede que abra heridas. Pero me ayuda a pensar, a desahogarme. Y como siempre dramatizo. Siempre lo hago. Tengo una tendencia increíble a dramatizar y cuando logro darme cuenta, a negarlo, a buscar la nota de humor que reste importancia a lo dicho. Pero espero que sepais entenderme, o al menos, aguantarme ;)


12 comentarios:

Carlota dijo...

Pues la volví a leer tras ver la última nota, porque al principio pensé que era la traducción de una carta de 1975, y la estaba leyendo como tal. Bueno, espero que cuando la distancia se acorte, todo vuelva a su sitio y a la normalidad... creo que son normales esas comeduras de cabeza yesa preocupación por un posible enfriamiento de la relación. Espero que no sea así. Un beso, guapa.

Anónimo dijo...

"Hace tiempo que leí tu carta y sin fuerzas para contestar, mil pedazos al viento nos separarán, pondré casa en un país lejano para olvidar, este miedo hacia mi"...

Te entiendo mejor de lo que crees, sentirse como la cocacola a la que le quitan el tapón y se le escapa el gas, agotamiento, creer que se siente así por causa de uno mismo.

Es mejor acabar diciéndo lo que piensas, dicen que la verdad nos hace libres, yo me aplicaré el cuento cuando llegue la serenidad y creo será soltar lastre.

Menudo tostonazo que te acabo de soltar jeje, sorry.

Muchos besitos y ya sabes dónde estoy.

Anónimo dijo...

Carlota: Gracias por tus buenos deseos. Hasta ahora el miedo siempre se diluye... Da miedo pensar que nada es eterno y que para siempre es mucho tiempo.

Normal la confusión. Elegí esa imagen con la carta en francés para que no fuera tan facil saber que ponía y así que se asociara a mi carta.

Yaves: No es nada de parrafada. Parrafada las que os suelto yo. Mi tapón no me lo quitan, es mi propia inseguridad la que me destapona. Pero quizás tengas razón. A lo mejor debería contarle mis miedos, todos.

Pero no te preocupes, todo está dramatizado. Mañana, todo tiene más luz. Seguro. Y esta cocacola recupera toda su efervescencia. Carlota tiene razón. Son inseguridades provocadas por la distancia.

Besos a las dos. Y gracias por estar ahí.

Mara dijo...

Ay pequeña... es la distancia la que quita "fuerzas". A tí, a él, a los dos. Quizá se haya enfriado él un poco, pero... es sólo eso. Y si tú no le cuentas cómo te sientes, también es posible que te hayas enfriado tú. Habla con él, cuéntaselo todo tranquila, en el marco de esa tónica serena de ahora. Y, sobre todo, anímate. Coge fuerzas, piensa en lo felices que vais a ser juntos, en la de cosas bonitas que os esperan, en la de cosas bonitas que habeis vivido. La distancia es jodida, pero ustedes sois fuertes y os queréis, así que ya sabes... rompe un poco la rutina, llámalo a deshoras... en fin no se. Un besito pequeña, y mucho ánimo!

Fanático dijo...

Hola! pequeña, creo que lo q tenemos que hacer es crear la máquina de teletransporte ya!jeje... que la distrancia es mu traicionera... q es q faltan datos, faltan cosas... en fin! q es una mierda!... en cualquier caso animo, y ya veras dentro de 2 semanas como se diluye todo lo malo.
un beso!

Anónimo dijo...

Mara: Supongo que nos dormimos un poco cuando llevamos mucho sin vernos. Pero ayer volvió a hacer que lo sintiera cerquita. Estuvo toda la tarde y la noche conmigo. Así que se ha pasado un poco la mala sensación. Volverá, pero mientras sea pasajera, no importa.

Fanatico: Síii! Teletransporte ya! Tú eras de ingeniería, no? Pues ya sabes, a investigar!! Y sí, la distancia es una mierda, pero es mejor tenerlo en la distancia que no tenerlo. A que sí?

Como me entendeis los dos... Un besazo!

Angel dijo...

La distancia es complicada, en realidad es una puta mierda, y lo que aguanta esa situación es saber que no siempre va a ser así, que va a llegar un momento que tu o el se decida y acabeis juntos sea donde sea. Lo que sucede es que a veces tu lo necesitas en este momento, y al saber que no puedes abrazarte ni tocarle provoca frustración. Pero son días, poco a poco, paciencia, y tener claro un objetivo, que en definitiva es depertarse cada mañana con él, y el contigo.

Patricia dijo...

no imaginas cómo te entiendo... parece que la carta la podría escribir yo misma.

Un besito, guapa

kafrune dijo...

Niña:
Lamento mi ausencia, pero es que tengo unas semanas...
Dicen por ahi que al amor no lo matan ni el tiempo ni las distancias,es meramente distrito de soñadores y princesas, Es para cualquiera amar a quien esta siempre alli, palpable, visible, pero ¿Que saben ellos de esperar rostros al amanecer? ¿que saben de invocar musas y pensamientos? Recuerda que Ulises que se ato a un mastil solo para no suicidarse por el canto de las sirenas.
Otros huirian o desistirian.
Tienes el don de amar y soñar al mismo tiempo, no dejes que pequeñeses com el tiempo y la distancia te desanimen, puesto que hay miles de personas que dejaron de esperar, cuando en esta vida es el unico camino, sin personas como vos, no valdria la pena caminar, prefiero un mundo con soñadores que sufren y esperan, a aquellos que se cansan y deciden sentarse en la primer piedra a descanzar.
Besos y que estes bien

Anónimo dijo...

He vuelto. He andado fuera toda la semana, perdonad por la tardanza ;) Pero estaba ocupada haciendo sueños realidad!

Angel: Pues sí angel, sí. Me he levantado cinco mañanas con él, y aunque ahora duele levantarse sola, me siento genial sabiendo que lo tengo.

La sonrisa: Nosotras siempre nos entendemos, a que sí? Un besazo preciosa.

Kafrune: Siempre me llegas un montón con tus palabras. Muchas gracias por estar ahí, aunque a veces te nos pierdas un poco.

Un besazo a los tres.

Nicolás dijo...

Es una carta preciosa, no un reproche ni un grito sno un suave susurro de alguien que siente y mucho

Dulce Noviembre dijo...

Estaba leyendo entradas tuyas antiguas y con la piel de gallina al leerte, parece que todos y cada uno de los párrafos los hubiera escrito yo.
Me siento muy identificada contigo, y es que no hay ni una sola palaba que no haya sentido yo desde dentro.
Sentir esa dependencia mayor por mi parte que por la suya, el sentir que la relación se enfría y necesitar que me diga que me quiere, pero sin pedirselo, necesitas que salga de él, tú sabes que te quiere, pero necesitas sentirlo. Necesitas dedicar alguna de las muchas conversaciones telefónicas a hablar de los sentimientos, no porque no los sepas, simplemente necesitas escucharlo, sentirlo, al fin y al cabo es la única forma que tienes de sentirle cerca.

El ver que a el le afectan menos las cosas que a ti, el miedo a contarle lo que sientes porque en el fondo sabes que no vas a llegar a ningun lado haciendoselo saber, si no que le harás comerse a el la cabeza como ya lo haces tu, y por los dos.

Y lo que te "molesta" no es no hablar de sentimientos, o que no te diga que te echa de menos, si no que lo que añoras es que él no tenga la necesidad de hacerlo como la tienes tu. Y no le culpas de ello, incluso te alegras de que el lleve mejor la distancia, pero lo echas en falta. Te sientes insegura y tienes dudas, y lloras, lloras mucho, es la única forma que encuentras de desahogarte.


Todas esas cosas... Son tantos sentimientos... Te prometo que juraria haber escrito yo esta entrada. Increible.

Siento la parrafada, seguramente no la leas porque tiene ya unos cuantos meses. Pero me apetecia escribirlo.